Desde que conocemos el mundo sabemos que nada es eterno, las cosas envejecen, se malogran o dejan de ser útiles. En el ámbito empresarial, por supuesto que esto también se presenta, ya que muchos activos con el tiempo dejan de ser valiosos. La depreciación de activos es el proceso contable mediante el cual se reconoce la pérdida de valor de un bien a lo largo del tiempo. Ya sea por uso, desgaste o simplemente porque la tecnología avanza, los activos pierden valor, y las empresas deben saber como medirlo para no seguir perdiendo.
Que hagan eso es fundamental para llevar una contabilidad ordenada y sin errores, esto impacta en los impuestos, rentabilidad y por supuesto en decisiones estratégicas para la compañía. Si en algún momento te has preguntado como hacer el cálculo del valor real de un computador o cualquier otro aparato después de años, aquí te contamos los secretos que debes conocer. ¡Y también te damos la fórmula!
Existen diferentes formas de hacer el cálculo para conocer la depreciación de activos, te compartimos las más comunes:
Para poder elegir el método ideal, es necesario conocer un poco más de detalle, esto puede variar según el tipo de activo e impacto que tenga sobre la empresa.
Te mostraremos dos ejemplos para que entiendas mejor como se realizan los cálculos de depreciación de activos.
Una impresora cuesta S/ 5,000 y su vida útil es de 5 años.
Depreciación anual = 5,000 / 5 = S/ 1,000 por año
Activo: Laptop de S/ 4,000 con vida útil de 4 años.
Tasa línea recta = 25%, pero aplicamos el doble: 50%.
Año 1: 50% de 4,000 = S/ 2,000
Año 2: 50% de 2,000 = S/ 1,000
Y así sucesivamente…
Sí. Si hablamos de depreciación sabemos que va a tener influencia en decisiones financieras, ya que hay productos que pueden depreciarse más rápido o en mayor cantidad.
Cuando no se lleva un buen control de la depreciación, los estados financieros pueden estar distorsionados, generando una falsa percepción del valor de tus activos.
Obviamente, al hacer una correcta evaluación de depreciación de activos, obtienes beneficios hacia tu empresa y futuras decisiones.
Se deprecian activos tangibles como maquinaria, vehículos, equipos de oficina, mobiliario y edificios. Los terrenos no se deprecian, ya que no pierden valor con el tiempo.
El método más común es el de línea recta, porque distribuye el costo del activo de manera uniforme durante su vida útil. Es fácil de aplicar y ampliamente aceptado fiscalmente.
Podrías pagar más impuestos de lo necesario y presentar estados financieros que no reflejan la realidad económica de tu empresa, lo que impacta la toma de decisiones y la percepción de inversionistas o entidades financieras.
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