La relación entre la vida personal y las decisiones laborales es cada vez más evidente cuando hablamos de paternidad. En Perú, según datos recopilados por Buk a partir de la encuesta Work in Progress, aplicada a más de 5.700 colaboradores en Perú, Chile, Colombia y México, revelan que los hombres con hijos tienen una menor rotación y tasa de renuncia laboral que sus pares sin hijos e incluso que las mujeres, independientemente de su situación parental. Este hallazgo ofrece una valiosa oportunidad para reflexionar sobre cómo la paternidad impacta en la estabilidad y permanencia en el empleo, así como en las prioridades profesionales.
En esta nota exploramos qué hay detrás de esta mayor estabilidad, cuáles son las diferencias en las motivaciones laborales entre padres y hombres sin hijos, y cómo las organizaciones pueden utilizar esta información para fortalecer su estrategia de retención de talento.
La figura 1 muestra que, en Perú, los hombres con hijos son el grupo con la menor tasa de rotación laboral, con un promedio de 10%, en comparación con otros grupos. En otras palabras, esta cifra quiere decir que 1 de cada 10 padres dejó la organización para la que trabajaba durante 2024, independiente del motivo de salida.
Los hombres sin hijos tienen una rotación del 18%, mientras que las mujeres, tanto con hijos (16%) como sin hijos (15%), presentan niveles más altos que el primer grupo analizado y con menos diferencia según maternidad. Este hallazgo sugiere que la paternidad está asociada a una mayor permanencia en el trabajo.
Esta relación entre paternidad y aversión al riesgo ha sido documentada en varios estudios. Lundberg y Rose (2002) encontraron que tras la llegada de un hijo, los hombres tienden a priorizar trabajos más estables en términos contractuales. Además, más recientemente, el informe de Pew Research Center (2022) señala que la estabilidad financiera se convierte en la principal prioridad para padres.
Por otro lado, la figura 2, complementa el análisis mostrando las tasas de renuncia laboral por grupo. Al igual que en la rotación general, los hombres con hijos presentan la tasa de renuncia más baja, con un 5%. Es decir, del total de padres activos en el periodo estudiado, 5% salió de la organización porque renunciaron.
En contraste, los hombres sin hijos renuncian en una proporción mayor (12%), mientras que las mujeres con hijos (8%) y sin hijos (10%) presentan las tasas con menos diferencias entre sí. Esta diferencia sugiere que los padres, además de cambiar menos de empleo en general, también son los menos propensos a dejar voluntariamente sus trabajos, lo que podría relacionarse con una mayor necesidad de estabilidad y un sentido de responsabilidad familiar más marcado.
Desde una perspectiva sociológica, esta conducta puede explicarse por lo que se ha denominado “presión del rol de proveedor”, especialmente en sociedades donde la identidad masculina está fuertemente ligada a la estabilidad. El informe State of the World’s Fathers (Equimundo & MenCare, 2023) destaca que en América Latina, la mayoría de los hombres se perciben a sí mismos como principales proveedores del hogar, lo cual refuerza su vínculo con trabajos estables y su reticencia a asumir decisiones que puedan percibirse como riesgosas o egoístas, como renunciar sin una oferta concreta.
Según el informe The Future of Work in Latin America and the Caribbean (Banco Interamericano de Desarrollo, 2022), la flexibilidad laboral se ha posicionado como una de las prioridades más valoradas por los colaboradores en la región, especialmente entre quienes buscan equilibrar su vida personal y profesional, como es el caso de los padres.
Al analizar los elementos más valorados en el entorno laboral (figura 3), se observan diferencias claras entre hombres con hijos y sin hijos en varios aspectos clave:
Este contraste sugiere que la paternidad reorganiza las prioridades laborales. Para los hombres con hijos, el foco parece estar en lograr un equilibrio entre desarrollo, desafío y condiciones que les permitan compatibilizar trabajo y vida familiar. Por su parte, los hombres sin hijos otorgan más valor al entorno inmediato, ambiente y crecimiento profesional, probablemente porque están en una etapa donde la experiencia laboral y el avance de carrera tienen mayor centralidad.
Frente a este panorama, las organizaciones pueden aprovechar estos aprendizajes para fortalecer su estrategia de gestión de personas: