En Perú, el teletrabajo ha sido una herramienta valiosa para flexibilizar las jornadas laborales, sobre todo durante y después de la pandemia. Sin embargo, una reciente propuesta legislativa busca modificar su naturaleza voluntaria para convertirlo en un derecho obligatorio en determinados casos. Esta medida ha generado opiniones divididas entre especialistas, quienes advierten sobre sus posibles consecuencias legales y prácticas.
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El dictamen aprobado el 3 de junio en la Comisión de Trabajo del Congreso plantea modificar la Ley de Teletrabajo para hacerlo obligatorio en dos situaciones específicas. El proyecto de ley N° 10612/2024-CR señala que si el trabajador se encuentra en alguna de las siguientes condiciones y solicita trabajar de forma remota, el empleador no podrá rechazarlo:
Este dictamen debe ser aún debatido en el Pleno del Congreso y, de aprobarse, se remitirá al Poder Ejecutivo para su promulgación u observación.
La norma establece que los trabajadores en las dos situaciones mencionadas podrán acceder al teletrabajo como un derecho innegociable. En otras palabras, si se solicita formalmente, la empresa estará obligada a concederlo.
Esta modificación implica un cambio importante frente a la ley actual, en la que el teletrabajo se promueve de forma preferente para personas en situación de vulnerabilidad, pero no es obligatorio.
La actual Ley de Teletrabajo en Perú ya contempla un enfoque inclusivo y preferente hacia poblaciones vulnerables. Según el marco vigente, el teletrabajo se fomenta para:
Sin embargo, esta situación es opcional y su aplicación depende de una evaluación entre el empleador y el colaborador.
La propuesta para hacer obligatorio el teletrabajo en ciertos casos abre un debate necesario sobre inclusión, flexibilidad laboral y los límites de la intervención legislativa. Si bien busca proteger a poblaciones vulnerables, también plantea desafíos prácticos que deben ser considerados por empleadores, trabajadores y autoridades. En este contexto, es fundamental que las organizaciones se mantengan informadas y preparadas para adaptarse a los posibles cambios, priorizando tanto el bienestar de sus equipos como la viabilidad de sus operaciones.