Durante todo el 2025, el debate sobre la presencialidad volvió a instalarse con fuerza en las empresas peruanas. Hoy, la conversación ya no pasa por definir si el trabajo híbrido llegó para quedarse, sino por qué modelo tendrá sentido de cara a 2026, y en adelante. Actualmente, los trabajadores demandan mayor flexibilidad, y en un mercado laboral cada vez más competitivo por el mejor talento, muchas empresas en el Perú están revisando sus políticas internas para definir cómo quieren trabajar en el futuro.
Esta revisión es clave si se considera que, según un estudio de Michael Page sobre tendencias laborales 2025, el 75% del talento peruano prefiere el modelo híbrido. La preferencia alcanza el 76% entre las generaciones X y Z, mientras que los colaboradores Boomer y Y muestran una inclinación equilibrada entre el trabajo híbrido y el presencial.
Este contexto refuerza un desafío central: ¿cómo comunicar mejor cuando los equipos ya no comparten el mismo espacio todos los días?
En los entornos híbridos, la comunicación ya no fluye de manera espontánea ni tradicional. La falta de alineación en los mensajes, la sobrecarga de canales o la exclusión involuntaria de quienes trabajan de forma remota pueden generar desconexión y pérdida de foco. Por eso, las organizaciones necesitan pasar de una comunicación reactiva a una estrategia clara, planificada y consistente.
Uno de los primeros pasos es establecer qué canal se utiliza para cada tipo de comunicación. No todo debe resolverse en reuniones ni todos los mensajes deben llegar por chats informales.
Ejemplo: los anuncios institucionales pueden centralizarse en plataformas internas, mientras que la coordinación diaria se gestiona a través de herramientas colaborativas.
Recomendación: documentar estas reglas y comunicarlas a todo el equipo ayuda a reducir confusiones y asegura que la información llegue de forma equitativa.
En modelos híbridos, comunicar más no siempre significa comunicar mejor. Los mensajes deben ser claros, oportunos y alineados a los objetivos de la organización. Explicar el “qué” y el “por qué” detrás de las decisiones fortalece la confianza y el sentido de pertenencia, especialmente en contextos de cambio.
La comunicación interna también implica escuchar. Puedes usar, encuestas de clima, instancias de feedback y reuniones uno a uno que permiten conocer cómo se sienten los equipos y detectar oportunidades de mejora oportunamente.
En el trabajo híbrido, estos espacios deben ser intencionales, ya que la distancia puede invisibilizar señales de desmotivación o desgaste.
Los líderes cumplen un rol clave como puente entre la estrategia y los equipos. En entornos híbridos, su capacidad para comunicar con empatía, coherencia y cercanía marca la diferencia. Capacitar a jefaturas en liderazgo remoto y comunicación efectiva contribuye a mantener a los equipos alineados y comprometidos.
El reconocimiento también es una forma de comunicar. En modelos híbridos, donde los esfuerzos pueden pasar desapercibidos, es clave visibilizar logros y avances de manera transversal, tanto para quienes trabajan presencialmente como de forma remota.
En este escenario, el rol de los líderes de Recursos Humanos es clave. Son ellos quienes articulan la estrategia de comunicación interna, traducen los objetivos del negocio en mensajes claros y aseguran que las políticas y decisiones lleguen de manera consistente a todos los equipos, sin importar su modalidad de trabajo.
En entornos híbridos, RR. HH. no solo gestiona procesos, sino que se convierte en un habilitador de confianza, alineamiento y cultura organizacional. Las organizaciones que logren adaptarse a esta forma de trabajar estarán mejor preparadas para atraer, comprometer y retener talento en los próximos años.
En este escenario, contar con una plataforma que centralice la comunicación interna se vuelve clave para sostener el trabajo híbrido en el tiempo. Buk permite a las organizaciones informar, interactuar y reconocer a sus colaboradores desde un solo lugar, sin importar dónde se encuentren. A través de su módulo de Comunicación y Reconocimiento laboral, las empresas pueden compartir novedades, resultados del negocio y la visión futura, generar interacción mediante likes y comentarios, y visibilizar logros que fortalecen la cultura y el sentido de equipo. Así, la comunicación deja de ser un desafío operativo y se transforma en una herramienta estratégica para alinear, motivar y comprometer al talento.
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