Uno de los asuntos que más preocupa a las empresas es el rendimiento de sus colaboradores. Las áreas de Gestión de Personas se encargan de realizar evaluaciones de desempeño para poder observar las fortalezas y debilidades de los talentos y para poder concretar cuál es el clima de trabajo, la motivación de los equipos de trabajo o las necesidades de su desarrollo profesional. En este punto, además de la evaluación de desempeño, podemos encontrar otras herramientas que pueden ser de mucha utilidad, como el feedback.
Con el feedback, las empresas pueden mejorar el desempeño de su plantilla. Son muchas las ventajas asociadas, desde la construcción de una buena comunicación entre el equipo y sus líderes, la mejora de la motivación y las relaciones entre los colaboradores o el fortalecimiento del bienestar y mejora del clima en general, al poder trata los puntos más conflictivos dentro de la empresa.
Podemos entender el feedback como la acción de brindar información a una persona acerca de un resultado determinado. Dentro del ámbito laboral, este se entiende como un proceso que puede ser continuo o acotado en un periodo de tiempo, en el cual se realiza un intercambio de información o retroalimentación entre el líder y sus colaboradores, respecto a su desempeño.
El feedback positivo realzará los puntos positivos o fuertes respecto al trabajo y desempeño de una persona. Hay que tener en cuenta que no debemos señalar únicamente lo malo. Hay estudios que aseguran que señalar también lo bueno, felicitando así a los colaboradores, logra motivarlos mucho.
El feedback negativo se centra en abordar las oportunidades de mejorar que se han identificado. Aquí, es crucial distinguir esta retroalimentación de una crítica. Lo relevante al tener este tipo de feedback es analizar las situaciones que puedan ocasionar que los objetivos no se estén logrando y no juzgar de forma subjetiva una circunstancia o la personalidad del colaborador a evaluar.
Hay varios momentos durante el año en los que se da feedback. En la mayoría de los casos suele darse a mitades de año y otras a finales. Esto es porque a principio de año se establecen los objetivos. Así, a mitad de este, podemos ver si se están cumpliendo de manera favorable y a finales de año podemos ver los resultados junto con una buena evaluación de desarrollo.
Hay empresas que realizan el feedback de forma constante. Todo el tiempo. No lo hacen, de esta manera, en una reunión especial. Se efectúa mediante retroalimentación diaria que permite que la comunicación fluya todo el tiempo.
En este caso, hablamos del feedback puntual varias veces al año, por ejemplo, en la evaluación de desempeño anual.
Una empresa podría no dar feedback. No está obligada, pero lo cierto es que si evaluamos las capacidades de un colaborador sin utilizar este feedback, no serviría de nada el trabajo hecho. Esta herramienta funciona como a modo de diagnóstico, que nos permite trasladar puntos positivos y negativos sobre un trabajo, unas habilidades, un entorno o el servicio que se da en general. Solo con este feedback conseguiremos una respuesta positiva por parte del equipo.
Es necesario realizar el feedback en el tiempo más cercano a la situación o conducta que se quiere modificar, potenciar o desarrollar. Este punto también quiere decir que es mejor hacerlo cuando, tanto el colaborador como el líder, se encuentren habilitados emocionalmente para tener este espacio y escucharse.
Si únicamente destacamos lo negativo, no obtendremos una buena respuesta de nuestros colaboradores. Es mucho mejor alternar aspectos positivos con aspectos a mejorar en su trabajo. De cada 3 cosas positivas se puede destacar 1 negativa. El impacto de este discurso será mejor recibido por el trabajador.
Otra técnica es la de empezar por lo positivo, hablar de los puntos a mejorar y terminar con más puntos positivos.
En todo discurso para emitir un feedback, se debe ser muy específico. No es bueno irse por las ramas en estos asuntos. Es mucho más positivo hacer alusión a conductas específicas para poder disminuir todo lo posible la brecha interpretativa.
Como hemos comentado, el feedback es un espacio de retroalimentación donde el líder puede abrirse ante los colaboradores y generar lazos confianza. De esta forma, se logran dar cambios positivos. La conversación debe darse sin ejercer poder sobre la persona, sin maltrato o rabia. Lo importante es cuidar la relación que tienen los miembros de la empresa, generando empatía y conciencia de que con el feedback se busca ayudar al desarrollo profesional.
Aunque podemos reservar este feedback para momentos puntuales, la mejor manera de llevar una empresa es que la comunicación entre colaboradores y jefes sea siempre constante.
Como ves, el feedback es muy útil para reforzar los puntos positivos e identificar las oportunidades de mejora para poder trabajarlas, buscando alcanzar óptimos resultados para la organización.