La apuesta es ambiciosa: reducir el IGV al 15 % y compensar la pérdida fiscal con un alza temporal del Impuesto a la Renta. ¿Impulso a las mypes o riesgo para la estabilidad fiscal?
¿Qué es el IGV y por qué está en el centro del debate?
El Impuesto General a las Ventas (IGV) es uno de los pilares del sistema tributario peruano. Se trata de un impuesto indirecto que se aplica sobre el consumo: lo paga el consumidor final al adquirir bienes o servicios, pero lo recauda el vendedor, quien luego lo transfiere al Estado.
Actualmente, el IGV tiene una tasa del 18 % y representa una fuente crucial de ingresos para el Estado peruano. Su recaudación permite financiar servicios públicos esenciales como salud, educación e infraestructura.
Tabla de Contenidos
- La propuesta del Congreso: menos IGV, más formalidad
- Aumentar el impuesto a la renta
- ¿Cuáles son los siguientes pasos?
- Opinión de un experto
La propuesta del Congreso: menos IGV, más formalidad
Una nueva iniciativa legislativa presentada por el congresista Ilich López propone reducir de forma escalonada el IGV del 18 % al 15 % entre 2026 y 2029. La medida busca aliviar la carga tributaria de las micro y pequeñas empresas (mypes), fomentar su ingreso al sistema formal y estimular la actividad económica.
El proyecto plantea lo siguiente:
- 2026: IGV de 17 %
- 2027: IGV de 16 %
- 2028 en adelante: IGV de 15 %
El objetivo, según sus impulsores, es ofrecer un marco fiscal más amigable que incentive la formalización de negocios informales y dinamice el consumo interno.
Aumentar el impuesto a la renta
Para evitar una caída brusca en la recaudación fiscal, la propuesta incluye una subida temporal del Impuesto a la Renta (IR) de 1 % para empresas durante el mismo periodo de implementación, es decir, entre 2026 y 2030.
Esta compensación busca mantener el equilibrio de las finanzas públicas sin comprometer la sostenibilidad fiscal del Estado. Sin embargo, implicaría una mayor carga para medianas y grandes empresas, las principales aportantes del IR en el país.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
El proyecto aún debe ser debatido en comisiones del Congreso, tanto desde el enfoque técnico como político. Sin embargo, ya ha puesto sobre la mesa una discusión de fondo: ¿cuál es el modelo tributario que necesita el Perú?
La propuesta abre un dilema entre promover el crecimiento económico a través de incentivos fiscales o preservar el equilibrio fiscal a toda costa. Lo cierto es que la discusión sobre cómo recaudar de manera más justa, eficiente y sostenible sigue pendiente en la agenda del país.
Opinión de un experto
Jorge Carrillo, experto en Finanzas de Pacífico Business School y Director General de CyC Corp, analiza el impacto de la propuesta desde una perspectiva técnica:
¿Qué implicancias tiene una reducción del IGV en la economía de un país como el Perú?
“La reducción del IGV tiene implicancias significativas, ya que es el tributo que más recauda en el país: representa casi el 60 % de los ingresos del Gobierno Central. Una baja en esta tasa afectaría directamente la recaudación, y lo hace aún más en un contexto de déficit fiscal, como el actual. No estamos en superávit; gastamos más de lo que recaudamos, y eso se ha agravado al no cumplir con las metas fiscales por dos años consecutivos. Por ejemplo, este año el tope permitido es de 2.2 % del PBI, pero ya estamos en 2.9 %. En ese escenario, reducir el IGV va en contra del objetivo de sostenibilidad fiscal.”
¿Reducir el IGV puede traducirse directamente en una mayor formalización? ¿O se necesitan medidas complementarias?
“Una reducción marginal, como de 18 % a 16 %, difícilmente va a motivar a un informal a formalizarse. Podría ayudar si la baja fuera más drástica, pero incluso así, se requieren medidas complementarias: incentivos para los negocios formales, acceso a financiamiento, regímenes tributarios adecuados, y también sanciones más severas para la informalidad. La formalización debe ser promovida no solo desde la conveniencia económica, sino también desde el compromiso ciudadano.”
¿Qué tan efectiva sería una subida temporal del IR como mecanismo compensatorio?
“No es igual de efectiva. El IGV se aplica a todos: es un impuesto indirecto, amplio y masivo. En cambio, el IR está más focalizado y tiene muchas variantes según el régimen tributario. Muchas empresas pequeñas están en el RUS o pagan porcentajes muy bajos según sus utilidades. Además, el IR representa menos del 40 % de la recaudación total. Entonces, subirlo no compensa plenamente lo que se perdería bajando el IGV.”
¿Este tipo de compensaciones pueden desalentar la inversión privada?
“Sí, sin duda. Una subida del IR genera incertidumbre, especialmente si no se comunica con claridad o si no es parte de una estrategia integral. Las empresas, especialmente las medianas y grandes, necesitan previsibilidad para invertir. Cambios tributarios frecuentes o sorpresivos pueden hacer que se posterguen inversiones o incluso que se busque migrar capitales hacia economías más estables.”
La propuesta de reducir el IGV y compensarlo con un aumento del Impuesto a la Renta refleja las tensiones entre el impulso al crecimiento económico y la responsabilidad fiscal. Más allá del debate técnico, el desafío está en diseñar reformas que no solo recauden, sino que también promuevan inclusión, formalidad y desarrollo sostenible. El camino no será sencillo, pero la discusión ya está sobre la mesa.
Preguntas clave sobre el IGV y el nuevo proyecto fiscal en Perú
¿Qué es el IGV en Perú?
El IGV es un impuesto al consumo del 18 % que se aplica a bienes y servicios y representa la principal fuente de ingresos tributarios del Estado.
¿Qué propone el nuevo proyecto sobre el IGV?
Reducir el IGV del 18 % al 15 % entre 2026 y 2029 para impulsar la formalización y el consumo.
¿Qué riesgos trae bajar el IGV?
Podría afectar la recaudación fiscal y aumentar el déficit si no se implementan medidas compensatorias efectivas.
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