Gestión del cambio empresarial: ¿Qué tiene que ver el liderazgo?

El liderazgo es una cualidad fundamental en lo referente a la gestión de las empresas.  Un líder con actitud positiva y cercana puede impactar en gran medida en los colaboradores, motivándolos y guiándolos, lo que permite mejorar la eficiencia y productividad. Esto contribuye a que el negocio sea más competitivo dentro del sector en el que se desarrolla. 

¿Cómo influye el liderazgo en la gestión del cambio? Te invitamos a descubrirlo en esta nota. 

Rol del liderazgo en la gestión del cambio  

 En lo que se refiere a la gestión del cambio, el liderazgo puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de cualquiera de las iniciativas de cambio que se plantee una empresa. El liderazgo contribuye a una visión clara del cambio, estableciendo la dirección hacia la que se dirige la organización para cumplir los objetivos de cambio planteados.

Los líderes, además, inspiran al resto de los miembros de la organización a través de su ejemplo, propagando un fuerte compromiso con el cambio que se está llevando a cabo. El entusiasmo y energía de estos líderes genera, a su vez, un ambiente óptimo y motivador que facilita la adaptación de nuevas formas de trabajo.

¿Cómo el liderazgo puede ser un impulsor del cambio? 

El liderazgo del cambio supone un enfoque proactivo con el que se pueden visualizar las diferentes iniciativas necesarias para lograr los diversos objetivos de transformación de la empresa a largo plazo, aplicando estrategias que puedan ayudar a las partes interesadas a alcanzar sus metas.

Mediante el liderazgo del cambio, se logra capacitar a los diferentes miembros que conforman la compañía para que ellos mismos sean agentes del cambio. También, ayuda a la empresa a implantar los cambios en toda la organización, además de restablecer una configuración de trabajo desde la propia oficina.

Habilidades necesarias para liderar un cambio

Algunas de las habilidades necesarias para liderar un cambio en la empresa incluyen:

Visión analítica y desarrollo de estrategias: los líderes deben ser agentes del cambio que conozcan en profundidad el sector en el que trabajan, además de conocer y prever los diferentes contextos que pueden darse. Todos estos conocimientos le permitirán construir estrategias a largo plazo, considerando las diversas variables a tener en cuenta a la hora de maximizar el rendimiento de las áreas que componen la empresa.

Entusiasmo y motivación: un líder del cambio tiene presente que los colaboradores son una pieza clave en la organización, ya que gracias a su labor, las tareas y procesos pueden ejecutarse. Por esta razón, entiende que debe mantener una actitud entusiasta y motivada, que desprenda positividad y de a sus equipos la solidez y apoyo que necesitan.

Asumir los triunfos y los fracasos: todo líder del cambio sabe que no siempre se gana. Habrá ocasiones en que las cosas no resultarán de la forma que se habían planeado. Por eso, se apoyará en la motivación y positividad para revertir cualquier pensamiento negativo que afecte a su equipo para seguir adelante. 

Cuando se consigue un éxito, hay jefes que son incapaces de compartir sus logros con el resto del equipo, algo que no debería hacerse. Un líder deberá, así, asumir su parte de la responsabilidad en los fracasos y reconocer el esfuerzo de los colaboradores cuando consigan un logro del que pueda beneficiarse la empresa.